lunes, 1 de marzo de 2010

Aladino y su lámpara de bajo consumo ( I)

Scheherazada le contaba a l sultán Shahriar el cuento de Aladino. Cuando relató el momento del encuentro con la lámpara maravillosa, el más grande de los grandes reflexionó sobre lo que era el poder. Analizó lo simbólico del relato y ordenó a la mujer que llamara al visir. El visir cumplió el deseo de su señor. Destruyó todas las lamparitas doradas del imperio. Su amo ahora descansaría en paz ya que no correría el riesgo de que su mujer encontrara a un genio liberador.

Lo que no supo nunca el sultán es que Scheherezada ya tenía el genio en su intelecto. Gracias a Aladino hoy las mujeres ponen su voto en las urnas.

1 comentario:

  1. De esa cueva que vos menciona, brotó el hijo de una LOBA, bramando como:

    El viento sopla con virulencia
    las hojas de los arboles se
    deslizan suavemente formando
    caracolas, serpentear de
    nóminos recuerdos,
    quien el tiempo atrapa inexorablemente
    en suspensión, inocua pesadilla,
    mientras el agua cubre mi cuerpo,
    de un LOBEZNO incrustado en mi cerebro
    que se instala en una cueva solitario.
    Bramiendo cual incansable, con ladridos
    entre sorbos de té de colores
    que pocos apreciaran su propio
    contenido, envuelto en bocanadas
    de vino macerado, proviniendo
    de las cepas del destino
    destino que impertérrito
    le devuelve a su destino.

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