jueves, 17 de diciembre de 2009

"Desde la ortografía"

Desde la ortografía…

En el tiempo donde reinaba la injusticia, nadie sabía a ciencia cierta dónde y cuándo se podía hablar o pensar. Cuál era el lugar para encontrarse con los amigos, qué era lo que se podía escribir o cómo se debía llevar de largo el cabello para no ser castigado.
Todo estaba patas para arriba. Otros pensaban que estaba patas para abajo y otros creían que todo estaba sin patas.
Tanta inseguridad despertaba temor. El temor despertaba al miedo. El miedo despertaba al temblor. Y el temblor a otros tantos movimientos que llevaban a la desesperación.
Y seguía todo dando vueltas y vueltas en círculos interminables encerrando a estas palabras y a otras parecidas y a sus sinónimos como: sustos, angustia, recelo, espanto, pánico, pavor, desconfianza.
El desconcierto era general. Por esto ocurrió el gran lío. Este lío fue la causa de la confusión.
Ya que por inseguridad se trastocaron los acentos. Así se escribía lió, sóño.
Por temor, las agudas desaparecieron porque sugerían angulosidades e ideas filosas. Por miedo, las graves se internaron en clínicas de alta seguridad. Por temblores, las esdrújulas, buscaron sintonizar con palabras semejantes como brújula y se establecieron en el norte para sentirse protegidas debajo de la aguja imantada.
Por angustia las sobreesdrújulas cambiaron el prefijo sobre por el “debajo”.
El trabajo más disciplinado lo realizaron los monosílabos, pues establecieron multisectoriales zonales y democráticamente votaron sobre el ser de su existencia. Todos apostaron a funcionar de una sola manera…Sin acentos. Para evitar el acertijo: tu o tú, el o él.
En el tiempo de la injusticia, los plurales, por susto, recelo y pánico, pavor y desconfianza, se permitieron licencias. Así yo se transformaba en “yos”, ombú en “ombús”. También las mayúsculas se atrevieron a ubicarse donde tenían la real gana , al comienzo, en el medio o al final de las palabras. Y se escribían: “aHora es tiempO de pensaR en el idioMA”.
Siguieron los tiempos de la injusticia. Pero justo y necesario es que coloquemos los acentos donde corresponda, las mayúsculas en su lugar, los plurales como dicen las reglas. Porque así podremos empezar a hablar y a decir lo que se siente y a sentir lo que se dice, sin faltas ortográficas. Para que los que creen en los posibles , que son los más, inauguren el tiempo nuevo de la justicia, sin temores, ni miedos, ni pánicos, ni, ni, NI, Ni.
Elizabeth Carpi
DNI 5401977
Corral De Bustos
Pcia. De Córdoba
mailto: betita@cbasur.com.ar














Del libro: “DESDE LAS PALABRAS” de
Elizabeth Carpi
Corral de Bustos
Pcia. Córdoba

2 comentarios:

  1. Que bueno encontrarte por la red Elizabeth, te envio desde este lado del mar un abrazote enorme, lleno de palabras, colores y pinceladas,gracias por regalarnos historias tan bellas, tan llenas de luna. Te quiero.

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  2. ¡Grande Betita! . .
    Dándonos esta cátedra de cómo se puede jugar con las palabras cuando hay ingenio, puedes estar segura que Macri no te convocaría para Ministra de Educación . . .
    Te felicito por el flamante Blog. ¡Está muy bueno!
    Un beso inmenso y muchas felicidades.
    Delsio

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