jueves, 17 de diciembre de 2009

Sala de espera ( microrrelato)

Un hombre está sentado en la sala de espera. Mira la imagen de una enfermera. Es un cuadro colgado de la pared que está frente a él y le hace shhhh con el dedo índice apoyado sobre una boca de labios gruesos. Esa mujer tiene los ojos grandes, negros y lo miran sólo a él. Por eso, se asusta, gira la cabeza hacia un lado, hacia el otro y ve que todos los que esperan están ausentes. Entonces se levanta, la saca del marco que la retenía y la abraza. Intenta besarla en la boca pero ella no saca el dedo índice. Le acaricia los cabellos, estirados cabellos negros y le suelta esos pelos oscuros que caen sobre los hombros, la cintura, las piernas. Y siguen cayendo sobre los pies y siguen sobre la alfombra y llegan a la puerta. El hombre piensa que la seducción de esas matas le han hecho latir el corazón. Apenas se separa del cuerpo de la joven enfundado en un guardapolvo blanco, le acaricia la piel blanca de la mano izquierda. La mano derecha sigue en la misma posición. La mujer se estremece y entorna los ojos. El hombre apurado le quita del bolsillo derecho la llave. Corre, saca de un puntapié los cabellos, abre la puerta y se escapa. Todos en la sala de espera siguieron ausentes. Un médico se asomó y pidió: - que pase el que sigue. Vio el cuadro de la enfermera en el suelo. Lo levantó y lo colgó en el clavo de la pared.

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